Resúmenes de las
XVII JORNADAS de ACTUALIZACIONES TERAPEUTICAS DERMATÓLOGICAS y ESTÉTICAS

Planchando y/o disimulando arrugas

Toxina botulínica
Dr. J. Gaviria

La toxina botulínica se aplica “antes de arrugarse”, alrededor de los 25 años, para prevenir arrugas de expresión.

Es importante señalar a los pacientes que, si bien a los 8 o 9 meses reaparecen las arrugas durante la gesticulación facial, en reposo los efectos de la primera inyección de toxina duran hasta 5 años. La acción farmacológica durante 6 meses “relaja” el músculo y el efecto en reposo perdura hasta 5 años en la 1º aplicaron  y 2 años en la 2º aplicación. También se debe explicar al paciente que la actividad máxima dura 15 a 20 días, momento en el cual debe regresar para la revisión del efecto clínico.

El tratamiento con toxina botulínica tipo A es dosis dependiente tanto en intensidad como en duración del efecto terapéutico. Cuando se diluye  más de lo necesario (subdosis) disminuye la eficacia del tratamiento y se producen efectos no durables, necesidad de reaplicaciones y reduce la fidelización de los pacientes.

El resultado óptimo depende de una dosis individualizada  y
de la correcta selección de los puntos de aplicación

El conocimiento anatómico y de la interdigitaciones de los músculos faciales son factores críticos para el éxito del tratamiento con toxina botulínica tipo A
Es asi que resulta importante conocer la localizacion de la glándula salival, ramas del facial y trigémino.
Para minimizar los efectos adversos de la inyección es útil aplicar una ligera presión inmediatamente después, y luego hielo.

Son contraindicaciones de este tratamiento las infecciones del rostro, alergia al producto, embarazadas o en periodo de lactancia. También lo son las condiciones que afectan la unión neuromuscular como la miastenia o el síndrome de Eaton Lambert, y otros como la esclerosis lateral amiotrófica.

Palabras clave: toxina botulínica, dermoestética, dermocosmética, envejecimiento, arrugas.